Sencillo, son una especie de uñas postizas fabricadas en un material acrílico, mediante una gota de pegamento se adhieren a la uña original con gran resistencia, haciendo muy difícil su rotura o caída.
Una vez estén colocadas, puedes cortarlas, esmaltarlas o incluso limarlas, de igual modo que harías con tus uñas naturales, únicamente hay que aplicar sobre ellas una capa más de gel para que luzcan con más brillo y darle fijación al color.
Tras su colocación, puedes quedarte tranquila durante dos o tres semanas, ya que las uñas de gel siempre estarán perfectas. Es más, si las uñas naturales no crecieran, no sería necesario cambiarlas o retocarlas, estarían intactas para siempre.
Es recomendable pases por tu centro de estética cada dos o tres semanas tras su colocación. Si las uñas naturales han crecido demasiado puedes retocarlas, rellenarlas con más gel o simplemente igualarlas con la uña natural. El proceso es sencillo y rápido, no necesitaras más de quince minutos, y tus uñas de gel estarán de nuevo impecables.